Comas Solà, la mirada de la noche
El tiempo y la falta de compromiso público por preservar su legado están condenando al olvido a una de las figuras más relevantes de la astronomía española. Josep Comas Solà, nacido en Barcelona en 1868, es responsable de algunos de los descubrimientos celestes más llamativos de su tiempo. Incansable observador nocturno, consiguió identificar dos cometas nuevos para la ciencia; uno de ellos, periódico. ¡Solo se conocían 30 de ese tipo en la época! También descubrió 11 asteroides. Al primero, avistado en 1915, lo llamó Hispania; al segundo, Alphonsina, doble homenaje al rey Alfonso XIII y a Alfonso X el Sabio. Los siguientes planetoides recibieron nombres como Barcelona o Gothlandia (arcaica mención a Cataluña).
Recién licenciado comenzó su carrera profesional en un observatorio privado de Sant Feliu de Guíxols (Girona), donde ya empleaba la naciente fotografía astronómica. Allí descubrió la estrella doble SOL 1. También tuvo un destacado papel en el estudio de los tres eclipses totales de Sol visibles desde la península ibérica entre 1900 y 1912. Fue un comienzo de siglo fascinante para la astronomía española, se juntaron varios eventos fabulosos, incluido el paso del cometa Halley. Buena parte de su actividad la llevó a cabo como director del Observatorio Fabra, una instalación puntera cuya construcción también comandó por encargo de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.
El obseratorio tenía –y todavía mantiene– tres secciones: astronómica, meteorológica y sísmica. En los primeros años Josep Comas Solà asumió las tres direcciones… ¡también fue el pionero de la sismología en Cataluña! Tanto desde el telescopio del Fabra, en la montaña del Tibidabo, como desde el observatorio particular instalado en su casa –Villa Urania–, el astrónomo siguió anotando descubrimientos sorprendentes, como la rotación diferencial de Saturno o la existencia de atmósfera en Titán. Esa desbordante pasión por el firmamento le llevó a abrir sus centros de trabajo a la ciudadanía.
Además impartió infinidad de conferencias de divulgación científica, escribió varios libros de referencia e incontables artículos en prensa. Sus libros El cielo y Astronomía fueron manuales de referencia hasta no hace mucho, con reediciones hasta los años setenta. Escribió muchas obras, incluso una que analiza y desmonta desde la ciencia el fenómeno del espiritismo, muy en boga entonces. Además Josep Comas Solà presentó el primer programa de divulgación científica de España, en la decana EAJ 1 de Barcelona (en la foto, un guión original).
Fue uno de los fundadores de esa emisora en 1924… incluso hizo transmisiones en directo desde el Observatorio Fabra. Por si fuera poco, este Carl Sagan español promovió la primera experiencia de aviación llevada a cabo en Barcelona por Louis Blériot… ¡y suyo fue uno de los primeros automóviles que rodaron por sus calles!
Josep Comas Solà murió de una afección respiratoria en 1937. El funeral fue multitudinario, era respetadísimo y muy querido en Barcelona. Después de la guerra, un manto de olvido cubrió el legado de este republicano convencido (favorecido también por rivales científicos). Hoy se le recuerda con varias calles en Cataluña, un instituto de secundaria que lleva su nombre y un centro cultural construido en torno a la que fue su casa, Villa Urania. La Unión Astronómica Internacional puso su nombre a este cráter de Marte.
Si quieres recorrer el fascinante viaje vital de este pionero olvidado, puedes escuchar este documental sonoro que hice con Mayca Aguilera para el programa Documentos RNE: «Josep Comas Solà, un vigía del espacio».